viernes, 29 de junio de 2007

Sole

¿De quién he de hablar, en la consecutividad de mi pensamiento frío y seco? Si no es de ti, Ausencia (que reclamas verdad sobre flamas).
Amor del tiempo que muere, eres todo para mí.
Eres nada cuando me siento completo.
He sabido de dolores y de noches tristes.
Del placer de una boca envolviendo mi carne y de las ganas mustias de venirte a ver. Todo lo sé contigo dentro (Desesperación mustia y cansada).
Mujer de viento.
Compañera insaciable de mi vicio…
Es entonces cuando tomo la fuerza necesaria para morir contigo: abrazados en un sólo cuerpo.
Atados a la cama de los excesos (tibios como el licor de la vida) tan azules como el Mar.
Tan negros como mi aliento.
Salgo de repente y veo que ya no estás, que ya te has ido.
Lloro y me baño de ti (con esos besos que hundiste en mí cuerpo entero, con esas ganas tan afiladas de comer juntos el mismo pan, los mismos senos, la misma yerba)
Por ti estoy aquí.
Es mi tiempo tu tiempo, y mi verdad la tuya…
Hoy y siempre.

1 comentario:

Unknown dijo...

Simplemente extraordinario!!!